Llegó y desapareció repentinamente en un mundo de curvas y cadenas, obligada a satisfacer todos los caprichos de su ama. Su belleza desmentía su sumisión, provocando y atormentando a todos los que la observaban. Era una mujer tetona, bajo el hechizo de su diosa femdom, que disfrutaba de sus sumisas lesbianas. Su nueva vida era de cautiverio, pero también de placer, al entregar su cuerpo a la merced de todos los oscuros deseos de su ama.