Mi esposa, una mujer muy infiel, me puso los cuernos acostándose con otro hombre el día antes de nuestra boda. Fue una traición brutal que todavía me duele. Pero lo que lo hace aún peor es que fue con mi mejor amigo. Los pillé en medio de todo, enredados en un montón de carne sudorosa. Es increíble la magnitud del engaño al que la gente llega solo para correrse.