Mugur ansiaba un masaje profundo, y por suerte, encontró el anuncio de Arwen. Tenía un cuerpo sexy y maduro, con pechos pequeños y una melena morena. Mugur no pudo resistirse a desnudarse y tumbarse en la camilla. Las manos de Arwen rozaron sus músculos tensos, provocándole escalofríos por todo el cuerpo. Mugur dejó escapar un gemido mientras Arwen ejercía su magia.