El club de intercambio de parejas siempre era divertidísimo, pero la cosa se puso aún más interesante cuando un semental con una polla enorme se unió a la fiesta. Sus manos expertas nos hicieron unas pajas divinas, y nos turnamos para montar su enorme verga. Todos nos corrimos con fuerza, y fue una noche familiar inolvidable.
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