La guapísima Sam de Samsung se volcó para conseguir un iPhone. Chupó y sorbió como una profesional, metiéndolo por todos sus agujeros y cabalgando como una vaquera salvaje. Su culo grande y jugoso rebotaba mientras lo recibía a cuatro patas y le hacía una garganta profunda como una campeona. Se merecía ese teléfono y mucho más.