La despiadada dominatrix castigó a su obediente esclavo escupiendo en su ansiosa boca. Él tragó su saliva con placer mientras permanecía atado en una atadura ineludible. La ama femdom rió al verlo retorcerse y suplicar por más. Su poder sobre él era adictivo, pues lo obligaba a someterse por completo.
5:19
6:08
12:31
3:57