Siéntate en mi cara, diosa. Déjame adorar tu trasero y obedecer todas tus órdenes. Eres la reina de la dominación femenina y yo soy tu fiel súbdita, ansiosa por tu dominio. Necesito estar bajo tu control, asfixiándome bajo tu divina belleza. Dame la sentada en tu cara que deseo, y haré lo que sea para complacerte, mi ama.