Tuve una noche salvaje con mi vieja esposa infiel. Follamos como animales, aprovechando cada centímetro de la cama. Nos tocábamos y nos provocábamos, explorando nuevas profundidades de placer. Y para colmo, ¡incluso lo grabamos todo! Eso sí que es una categoría de sensualidad que no encontrarás en ningún otro lugar.