Con un collar alrededor del cuello y atada a una barra con cuerdas, Ashley Lane gime de placer mientras su dominador toma el control. Sus piercings sobresalen de su atadura de cuero, y su cuerpo se frota contra la barra sin esfuerzo. Es una mezcla perfecta de BDSM y fetiche, una deliciosa sesión de dominación que deja a Ashley con ganas de más.