Me desperté cachonda y lista para un buen rato. Pero en lugar de desayunar, me sirvieron dos sirvientas que sabían cómo usar un strap-on. Follamos en todas las posiciones y agujeros imaginables, mientras ellas llevaban tacones y pedían más. Finalmente, añadimos una tercera persona para un trío alucinante. Anal, mamadas y sexo anal estaban en el menú. Fue un desayuno que nunca olvidaré.