Era una sirvienta guarrilla a la que le encantaba juguetear consigo misma, luciendo medias sensuales mientras chupaba su consolador. El sonido que hacía era música para sus oídos, mientras se corría por todas partes. Sus fantasías BDSM solo la ponían más cachonda, y no pudo resistir la tentación de tocarse. Su fetiche por el consolador era demasiado fuerte para resistirlo, y la hacía correrse aún más.