Mi pequeña esclava traviesa aprendió la lección en mi cobertizo casero de BDSM. Su cuerpo fue atado y azotado hasta que gritó pidiendo más. Los aficionados nunca podrían soportarlo como mi esposa madura. Cada chasquido del flagelador era música para mis oídos.
Sorry, bloß nicht nachmachen. Der Typ schlägt seiner Sklavin auf die inneren Organe!!!