Atada y amordazada, Mya Quinn recibe una mamada y una ducha dorada.

720p15 min

Mya Quinn tenía la boca abierta, con la mordaza puesta, mientras la penetraban la cara sin piedad. Sus grandes pechos rebotaban con cada embestida. Su amo BDSM la tenía atada, lo que aumentaba el placer de la experiencia. Una corrida le cubrió la cara, pero aún no había terminado. Luego procedió a amordazarla con su polla hasta dejarla sin aliento. Era un fetiche que amaba, una de las muchas aventuras pervertidas que compartían juntos.

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