Tuve una noche salvaje con la amiga infiel de mi novia, que tenía tetas naturales. Era una mujer madura y nos la pasamos toda la noche. Me la follé en su propia casa, destrozándole el coño con mi polla dura. El sonido de sus gemidos y la sensación de su estrechez a mi alrededor era insoportable. Me corrí encima de ella, sabiendo que estaba mal, pero sintiéndome muy satisfecho.