Respondí a su sucia petición con una sonrisa pícara y me incliné, presentándome para su placer. Mis mejillas se sonrojaron al sentir un cosquilleo en mi cuerpo, deseando que me poseyera. Nuestras extremidades, inspiradas en el anime, se entrelazaron en un sueño hentai mientras nos entregábamos a las profundidades del placer.