Lela y Molly eran dos lesbianas de pechos grandes, depiladas y listas para la acción. Querían ser deseadas y folladas. Se lamían el coño y jugaban con el culo. Era como un juego del gato y el ratón, donde ambas intentaban superarse. Eran sensuales y atrevidas, y sabían cómo complacerse mutuamente.