Estar encerrados en cuarentena nos llevó a una noche de experimentación salvaje. Exploramos cada centímetro de nuestros cuerpos con faciales apasionados, mamadas sucias y masturbación intensa. Todo terminó con una corrida masiva que nos dejó a ambos temblando. No hay nada como estar encerrado con una pareja que no teme ponerse un poco cachonda.