Me tiré a mi vecina venezolana, que estaba buenísima, sin condón en la tienda y los vecinos nos pillaron en Colombia. Puede que sea madura, pero ¡caray!, sabe cómo recibirlo en todo tipo de posiciones, sobre todo a cuatro patas. Nuestro revolcón interracial fue intenso y sudoroso, y su pequeño cuerpo pedía a gritos más. Puede que la clasifiquen como mamá y gordita, pero aún tiene los movimientos de una jovencita.