Me follé a la amiga guapísima de mi mujer. Tenía un cuerpo perfecto, unas tetas y un culo enormes. Su ascendencia árabe le dio un toque picante a nuestro encuentro. Y, ¡caray!, le encantaba mi polla enorme. Me aseguré de que se corriera una y otra vez antes de correrme por completo sobre su cuerpo de milf.