La madrastra Savannah Bond pilló a su hijastro acariciándose la polla. Tras observarlo un rato, decidió echarle una mano. Con su pelo rubio y sus grandes tetas, sabía exactamente cómo hacerlo correrse. Mientras él gemía de placer, ella lo remató con una paja. Este fue un sueño hecho realidad para su hijastro.
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