Desde el momento en que la vi, supe que quería hacer lo que quisiera con esa japonesa. Tenía las curvas perfectas y esa mirada tímida e inocente que me resulta irresistible. Y por suerte, a ella también le gustaba. Estábamos tan excitados que no podíamos esperar a tener sexo. No pude resistirme a su encanto asiático y, sin darme cuenta, ya estábamos haciendo un montón de cosas sucias. Fue amor a primera vista, de esos encuentros lujuriosos que te dejan con ganas de más.
Name or code plz