Al entrar en la habitación de su padrastro, se sorprendió al encontrarlo atado. Sin dudarlo, la jovencita decidió divertirse un poco con él. Se montó encima, lo montó como una vaquera, y sus gemidos llenaron la habitación. Con sus enormes tetas rebotando, le demostró lo intensa que podía ser. Y él disfrutó cada minuto.