Mientras mi esposa está fuera, inclino a nuestra criada tetona sobre el sofá, separando sus nalgas regordetas para revelar su estrecho y fruncido ojete. Escupo en su pito y deslizo mi polla palpitante hasta el fondo, follándola como si no hubiera un mañana. Ella gime, sus tetas rebotan mientras la embisto. Exploto, llenándole el ojete con una corrida caliente y cremosa. ¡Joder, sí! A la zorra de tetas naturales le encanta mi polla en su culo tanto como a mí me encanta correrme en su ojete. Así es como se folla a una criada como es debido.
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