Llegar temprano a casa tiene sus ventajas. Hay una rubia sexy tirada en el sofá, la novia de mi hijastra, sola y aburrida. No es mi hija, pero joder, ese cuerpo es de infarto. Unos vaqueros ajustados, un top corto que apenas le cubre las tetas y una sonrisa traviesa me dicen que está dispuesta a pasarlo bien. Saco mi polla de golpe, y ella no lo duda, metiéndosela hasta el fondo de la boca como una estrella porno amateur. Su juego mental es una locura. La doy la vuelta, introduciendo mi polla en su coño mojado, embistiéndola con fuerza, disfrutando de los gemidos de la morenaza. Un día amateur que acaba de volverse profesional.