El marido se queda boquiabierto cuando su esposa hace alarde de lencería nueva y ruega por un polvo duro.

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Mi esposa rubia acaba de estrenar lencería sexy y está deseando presumirla. Se inclina sobre el sofá, ofreciéndome una vista perfecta de su estrecho coño. Le bajo las bragas, le agarro el culo y le meto la polla a fondo, brutalmente. Grita, disfrutando cada segundo de esta follada casera. Se acabó la hora amateur, es hora de la destrucción a cuatro patas. Joder, su coño se siente increíble, apretando mi polla como un torno. No puedo contenerme, la embestí más fuerte y rápido, hasta que exploto en su interior.

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