La ducha del vecino necesitaba arreglos, así que traje mi caja de herramientas. Andrea Castro se inclinó, provocándome mientras trabajaba. Me rogó por mi polla, chupándomela como una profesional. Me la follé a cuatro patas, y luego me montó a lo vaquera, con sus enormes tetas rebotando. La volteé y me la metí en misionero. ¡Menuda estrella porno!