Jessi Rae juraba y perjuraba que a su marido no le importaba que se acostara con otros tíos. A esta aficionada le encantaba chupar pollas y montarlas, y a su hombre le parecía perfecto. Empezó con una mamada descuidada, luego se puso encima para un buen rato. Pero lo que más le gustaba era que la follaran a cuatro patas, gimiendo como una puta con cada embestida. ¿A su marido le parecía bien? Vaya, debía de ser un cornudo de primera. En fin, Jessi estaba en la gloria, chupando pollas como una profesional.