La rubia Riley Rose entra en un baño público mugriento, con el corazón latiéndole a mil por hora por los nervios y la excitación. Ha oído rumores sobre ese lugar, sobre el agujero que esconde un enorme pene listo para la acción. Hoy, está ansiosa por comprobar si las historias son ciertas. Riley se arrodilla, con la boca hecha agua al ver el pene palpitar a través del agujero. Respira hondo y se entrega por completo, ahogándose cuando el pene le llega al fondo de la garganta. Lo maneja como una profesional, moviendo la cabeza arriba y abajo, con la saliva goteando por su barbilla. El pene se hincha y palpita en su boca, y Riley sabe que está a punto de recibir su recompensa. Empuja la boca hacia abajo, lista para recibir toda la eyaculación. El pene explota, el semen le corre por la garganta, le llena la boca y le gotea por los labios. Riley se traga cada gota, con la vagina empapada de excitación mientras saborea su primera eyaculación en un agujero.
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