Ella lo desea a cuatro patas, pero quiero ver su cara cuando llegue al orgasmo, así que cambiamos a la posición del misionero. Sus ojos se ponen en blanco, sus piernas tiemblan, sus labios vaginales se estremecen justo antes de un orgasmo intenso. Joder, esta zorra aguanta lo que le echen. Después, nos ponemos de cucharita, mi posición favorita para que termine con un final explosivo. El cuerpo perfecto de esta chica salvaje me exprime la polla, terminando en un clímax sudoroso y sexy.