Un jovencito asiático se arrodilla, ansioso por mamar una polla. Se la traga entera, ahogándose con cada centímetro. Chupando y escupiendo, la deja bien mojada. El cabrón le agarra la cabeza y le da una buena mamada. Gime, con los ojos llorosos, pero le encanta. El chico se agarra la polla y se la acaricia mientras mama. Es una zorrita hambrienta de orina, lista para una buena corrida. El tipo se corre, meando por toda la cara del jovencito. Este lame la orina y luego vuelve a mamarle la polla. ¡Qué caliente y crudo! ¡Sí, un gay asiático mamando!
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