En una residencia universitaria estrecha, una chica menuda y delgada le dice: "Fóllame la boca y te la chupo como una profesional". Es una zorrita hambrienta, se arrodilla, le baja los pantalones y le devora la polla como si fuera su última comida. Sus tetas firmes se asoman por debajo de su camiseta mientras le da una mamada que le dejará la cabeza dando vueltas. Es un intercambio ardiente, donde ella está ansiosa por complacer y él está más que dispuesto a devolverle el favor. Es un puto ganar-ganar, justo como su trato: ayúdame y yo te ayudaré.