Una tía buenísima se coló en mi habitación, su culito prieto asomando por debajo de su minifalda. Sabía lo que quería. Sus labios carnosos envolvieron mi polla, dándome la mejor mamada de mi vida. La puse a cuatro patas y la penetré con fuerza. Gimió, disfrutando cada centímetro. Luego me montó a horcajadas, sus tetas rebotando hasta que la volteé y la follé por el culo duro y profundo, justo como le gustaba. Gritó, corriéndose como una fuente.
20:52
2:48
16:28