Mi hermanastra, una zorra de cuidado, se acaba de mudar al lado, y está buenísima. Esta belleza colombiana es la viva imagen de una latina, con ese cuerpazo de infarto que grita "¡fóllame!". Le encanta lucirse, y yo tengo un asiento de primera fila para sus stripteases. Sabe que la estoy mirando, y le encanta. Esta noche está en mi casa, con la mirada fija en mi polla. Me lo está suplicando, ¿y quién soy yo para negárselo a esta zorrita tetona? La ropa vuela por los aires, y nos ponemos a darle como animales salvajes. Es una diosa en la cama, y no me canso de ella. Sus gemidos son música para mis oídos.