Mi esposa no quiere acostarse conmigo, pero su hermana está loca por mi polla. Le encanta a cuatro patas, rogándome que la penetre más fuerte. En vídeos caseros, me monta a horcajadas, con sus tetas enormes rebotando. Es tabú, es excitante, y me folla como la zorra amateur que es. ¡Qué subidón! Mi polla palpita mientras grita mi nombre, dejándome exhausto y satisfecho. Es la compañera sexual perfecta, siempre dispuesta a más. Mi esposa no tiene ni idea de lo que se pierde.