Está sin blanca, pero esta chica amateur sabe cómo salir adelante. Se acuesta con quien sea para sobrevivir, y no le importa chuparle la polla al casero para no quedarse sin techo. Él, encantado, la penetra a cuatro patas y en la posición del misionero en una orgía casera. Ella se la traga como una campeona, demostrando que a veces, la mejor forma de pagar el alquiler es con una buena mamada.