La pequeña bailarina gogo tailandesa de Bangkok no se cansa de follar. Le encanta provocar a sus fans con sus atrevidos atuendos y atraer a muchos chicos mientras baila en escenarios sórdidos bajo las brillantes luces de neón de la ciudad. Tan atractiva que haría que cada momento de placer fuera el máximo. Tras una noche de mover el culo, se arrodilla y muestra su verdadero lado más guarro, pidiendo a gritos una boca llena de cremoso semen. Cada polla chupada y cada follada es una nueva entrada en su sucio diario de Bangkok.