La sigilosa amateur rubia, Rosie Rider, entra de puntillas en mi habitación, olvidándose de ponerse esas malditas bragas. Su jugoso culo asoma por debajo de su top; esta chica es una puta zorra con mayúscula. Luce ese culo respingón, abriendo las nalgas, regalándome una buena mirada. Su belleza es una puta distracción, haciéndome palpitar la polla. Sonríe, sabiendo que está al mando, lista para follar.