Puta hambrienta se devora esa gran polla gorda
La boricua no se cansa de esa polla enorme. Está de rodillas, adorando esa polla enorme como si fuera su última comida. El dominicano le tiene el pelo enredado en el puño, guiando su cabeza mientras se la mete hasta el fondo. Ella se atraganta, escupe y vuelve por más, con los ojos llorosos. Él sonríe, disfrutando de la vista de su boca caliente y húmeda llena hasta el tope. Es una profesional, lo recibe todo como una campeona. Él le folla la cara, su enorme polla desaparece en su garganta. Es descuidado, es intenso y está de puta madre.
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