Una adolescente apenas mayor de edad se despierta con una polla dura en la cara. Sabe lo que pasa, la agarra y le da una buena mamada. Abriéndose el culo, se la mete profundo y duro en su estrecho culito, follando como si no hubiera un mañana. Termina con una corrida facial brutal, como debe ser una buena zorrita.