Una zorra de ébano no aprueba matemáticas, pero tiene un plan. Seduce a su profesor empollón y lo provoca con su cintura delgada y su enorme culo de ébano. Él intenta negarse, pero no puede resistirse y le enseña su palpitante polla negra. Ella la acaricia, la chupa y luego se la mete hasta las bolas. ¿Calificaciones? ¡A quién le importa!
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