El gerente del hotel, Carlos, creía haberlo visto todo, pero nada lo preparó para el dotado actor porno latino Diego. Este tipo tenía una polla monstruosa, y Carlos no podía apartar la vista de ella. Diego sabía lo que quería, y Carlos estaba más que dispuesto a dárselo. Inclinado sobre la cama del hotel, Carlos recibió la enorme polla de Diego hasta el fondo de su culo, su delgado cuerpo temblando con cada potente embestida. La habitación se llenó con los sonidos de su follada, Carlos gimiendo como una perra en celo mientras la enorme polla de Diego le estiraba el culo. Este fue un polvo que Carlos jamás olvidaría.