En la quietud del confesionario de una iglesia, la mente de una monja se deja llevar por fantasías obscenas. Se imagina atrapada entre dos sementales bien dotados, uno dándole nalgadas al coño y el otro metiéndole la polla hasta el fondo del culo. Esta no es una monja cualquiera, es una puta esposa cachonda disfrazada, con ganas de sexo anal y sexo duro al estilo hentai. Imagínatelo: sudor goteando, gemidos resonando en las paredes de la iglesia. Es una fenómeno entre las sábanas, escondida tras un hábito. Esta zorra ruega por una doble penetración, y sus plegarias están a punto de ser escuchadas en esta atrevida parodia de anime.