Después de una intensa sesión de estudio, mi profesora, que era guapísima, no pudo resistirse a mis encantos. Empezó con una mamada amateur y luego me montó como una profesional. Follamos en todas las posturas, incluso a cuatro patas, hasta que gritó. Resulta que es una auténtica estrella porno disfrazada, haciendo realidad cualquier sueño de amante de las pollas. ¡Qué sesión de estudio tan genial!