En la tenue luz de su habitación, una rubia cachonda espera a su hombre, lista para un poco de acción amateur. Es una chica guapa, tipo porno casero, siempre lista para un buen polvo. Esta noche, lo anhela con locura, pensando que su marido por fin le va a dar la polla que tanto anhela. La puerta se abre con un crujido, una figura entra y ella está lista para abalanzarse. Lo agarra, lo atrae hacia sí y empieza a follar como si no hubiera un mañana. Pero, mierda, cuando se encienden las luces, ve que no es su marido, ¡es su maldito hijastro! Demasiado tarde para parar, ya está cabalgando su polla como una profesional. «A la mierda», piensa, «más vale disfrutar del maldito viaje». Es una noche loca de sexo, mamada y corrida como nunca antes. ¿Quién iba a decir que su hijastro podría follarla tan bien? A la pequeña amateur le espera un capricho casero de infarto.
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