La explosiva latina Angélica Cruz está furiosa, irrumpiendo en la habitación de su hermanastro, lista para desatarse. Pero a mitad de su discurso, resbala y aterriza justo sobre su polla. Él se ha estado masturbando para ella, y ahora su polla está afuera, palpitando. Está cabreada, pero no puede evitar notar lo duro que está. «Joder», piensa, envolviendo sus labios alrededor de su miembro. Es cachonda, babeando sobre su polla, su cabello castaño rebotando mientras le hace una garganta profunda. Él gime, listo para explotar. Ella quiere esa corrida, suplicándole que se corra en su boca. Él se corre, dejándola tragando cada gota.
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