En una sauna humeante, me encontré solo con la recién casada esposa de mi amigo, una rubia con un cuerpo que no paraba. Era una novata en esto de las trampas, pero una experta chupando pollas. La agarré, la doblé a cuatro patas y me la metió como una campeona. Gimiendo, sudando y follando como si no hubiera un mañana, me demostró cuánto le encantaba una mamada intensa y una buena follada. Fue un rapidito en la sauna que ninguno de los dos olvidaría jamás.