Apenas lleva puesto el kimono rojo, se le ven los tatuajes. Es una aficionada, pero joder, sabe chupar pollas. Una mamada casera brutal, con saliva goteando, ojos llorosos. Sonidos de sorbos, arcadas, es un desastre. No es ninguna profesional, pero eso es lo que lo pone cachondo. El tío gime, le agarra el pelo, se vuelve loco. Intenso, crudo, real. Jodidamente fantástico.