Perfora mi gran botín y se corre dentro de mi culo hambriento
Ella está a cuatro patas, implorando por ello con fuerza y con intensidad. Él no la decepciona, embistiéndola a cuatro patas, cada embestida más profunda que la anterior. Sus gemidos llenan la habitación mientras él la abre de par en par, su polla clavándose en ella como un maldito martillo neumático. Le encanta la intensidad, le encanta cuando la agarra del pelo y se entrega a la fuerza. Sus nalgas lo van a sentir mañana. Sus bolas golpeando contra ella la hacen aferrarse a las sábanas, pidiendo a gritos su corrida. Finalmente, explota, derramándose en lo más profundo de ella, reclamando ese enorme culo como suyo. A ella le encanta.
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