La zorrita necesita dinero, pero su padrastro tiene una idea mejor. Quiere ese dulce coño, así que se inclina y se lo ofrece a cuatro patas. Él la embiste, follándose a esa coqueta sexy hasta que gime pidiendo más. Al final, ella se ha ganado cada centavo, y él se ha ganado un polvo de infarto. Todos ganan, ¡un subidón!
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