Ella está furiosa, gritando: "¡No eres mi verdadero padre!". Él sonríe con sorna, agarrándole las muñecas. "Pero soy yo quien va a follar esa boca de mocosa". La inclina a cuatro patas, metiéndole la polla hasta el fondo. Sus gemidos resuenan mientras él le abre el estrecho coño. La follada se intensifica, su polla la embiste con fuerza. Con un rugido, se retira, disparando una corrida espesa por toda su cara. Ella la mira con furia, chorreando semen, boquiabierta y agotada.
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